Es normal que en el mundo de la escritura y la imaginación se usen experiencias personales  y emociones como base creativa, también es común hacer descripciones muy minuciosas sobre el escenario y dar al lector la suficiente información para crear una imagen mental. Pero qué pasa cuando se retrata de manera romantizada la depresión y cuando esa  romantización se convierte casi que en una comunidad creativa dentro de las redes sociales que permiten el anonimato. En esto Wattpad y Tumblr son expertos.

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La expresión romántica de la depresión no es un fenómeno exclusivo de este siglo o de las redes sociales, de hecho “Las penas del joven Werther” es una novela de Goethe publicada en 1774, en la que el joven protagonista se suicida por un amor fallido y deja una sentida carta de despedida. Lo particular con esta obra es que después de su publicación, se aumentaron los suicidios que usaban el mismo método que en la novela. Además, en la escena solía encontrarse la misma carta que en el libro, e incluso hubo unos casos en los que la víctima iba vestida como el protagonista de la historia cuando se suicidaba. 

 

Tampoco es una cosa de ahora que la depresión se entienda como una forma de comprensión del mundo, ni que -en ocasiones muy dadas en la literatura- suela relacionarse con belleza e inteligencia incomprendida. Estas características son perfectamente encarnadas en el grupo de los “Poetas malditos”, esa escuela de poesía, sobre todo francesa, del siglo XIX, que buscaba romper un poco con la romantización sobreabundante de la época y en la que sus autores presentaban una literatura de aire gótico, depresivo, con una estética un tanto perversa y oscura.

 

No hay nada nuevo en los temas que las redes sociales tratan, la particularidad radica en el alcance y el comportamiento de las comunidades que se crean a su alrededor. De hecho, en el entorno digital se han creado tribus urbanas o tendencias estéticas que ya no dependen del lugar territorial, sino de la identificación individual con el contenido presentado.

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Por ejemplo, alrededor de 2013, en Tumblr empezó a popularizarse la subcultura del soft grunge o grunge suave (muy relacionada a la cultura emo) en la que se entendía que la belleza y la inteligencia como sinónimos de soledad, entonces se popularizaron artistas como Lana del Rey, que reflejaban el aura nostálgica de muchos jóvenes que se identificaban con esta concepción. Se empezaron a producir y hacer populares los contenidos que presentaban de manera estéticamente agradable la sensación de tristeza o el vacío emocional; se usan frases poéticas o fotos de personas jóvenes y físicamente atractivas para decir cuán cansados están de la vida.

 

Incluso, se crearon blogs cuyo desarrollo gira completamente alrededor de la tristeza y el suicidio; unos, como randomsreasonstolive, intentan extender una mano amiga para quienes desean terminar con todo y publican consejos o razones aleatorias y sencillas por las que vivir. Otros, que son la mayoría, funcionan como un lugar de desahogo para personas que sienten que no pueden expresar su sentir fuera de la seguridad del anonimato digital.

 

Durante 2006 nació “Wattpad”, una plataforma de escritura masiva a la que cada mes se suben en promedio 400 millones de historias, pero que se empezó a popularizar alrededor de 2010. Los usuarios en su mayoría son mujeres entre 14 y 25 años. Un artículo del diario La Nación dice que el género femenino compone 7 de cada 8 usuarios, mientras que una investigación hecha por la facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de León en España, tomó una muestra de 346 lectores y el 93% de estos fueron mujeres. 

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Si uno pone en el buscador de ambas plataformas la palabra “depresión” o “depression”  hay dos reacciones diferentes: un perezoso intento de prevención o el silencio obediente. En Tumblr sale el clásico aviso preguntando si estás bien y dos botones, uno de ellos ofrece ayuda y el otro permite seguir viendo el contenido que no ha sido filtrado de ninguna manera por la plataforma. Incluso, después de un tiempo de búsqueda, si se vuelve a poner en el buscador la misma palabra -o una relacionada, como suicidio o autolesión-, deja de aparecer el aviso y Tumblr, muy obediente, muestra sin ningún tipo de restricción todas las entradas que han sido calificadas con esa etiqueta. 

 

Por el otro lado está Wattpad, cuya reacción es nula y la permisividad es absoluta. No muestra filtros ni pregunta si “¿estás bien?”, ni siquiera pregunta si eres mayor de edad, solo muestra una tras otra las más de mil historias escritas y que están etiquetadas con “depression”. De hecho, esta plataforma, muy amablemente, te recomienda otras etiquetas que pueden acompañar “depression”, por ejemplo, “romance”. 

 

Catalina Restrepo, experta en marketing digital y gobernanza, explica que esto sucede porque “el fin último de la red social no es cuidar la salud mental de ninguno de sus usuarios, sino que tienen un objetivo netamente publicitario” y que los contenidos digitales se hacen más o menos populares porque las redes sociales tienden a favorecer los productos dependiendo de las etiquetas que se usan y los metadatos (datos que describen el contenido para que los buscadores lo puedan procesar). Normalmente, los contenidos más consumidos son aquellos con una carga emocional muy fuerte porque son los que generan engagement, es decir, interacciones, que son el sustento de las redes sociales.

 

Ahora, los jóvenes son especialmente susceptibles a consumir o producir este contenido, porque en la adolescencia se empieza a construir la personalidad y se desea generar identidad y si se llega a la realización de que no se cumplen con los estereotipos de belleza o de estilos de vida, que son ampliamente diseminados por las redes sociales. María Camila Corredor, experta en psicología de la Universidad Católica y usuaria activa de Wattpad desde hace unos cinco años, explica que 

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En principio, que se abran espacios digitales en los que las personas tengan la absoluta libertad de hablar sobre cómo se sienten es una cosa positiva, porque puede ayudar a reducir los estigmas que rodean el tema de la salud mental; sin embargo, tanto Catalina como María Camila coinciden en que estos espacios funcionan como una suerte de terapia grupal sin psicólogo, lo que es tremendamente contraproducente porque normalmente quienes interactúan  en estos espacios son personas con mentalidades y problemas similares. Es probable que en vez de encontrar soluciones o mecanismos sanos para enfrentar estos problemas, se creen círculos viciosos que profundicen aquello que les aqueja e incluso lo glorifiquen.

 

Por ejemplo, en “Depression”,  el fanfic de Justin Bieber, en los primeros capítulos hay una escena en la que la protagonista se induce el vómito, en los comentarios  había varios usuarios que extendían un mensaje de apoyo y esperanza para aquellos que pasaban por lo mismo que la protagonista, pero había uno en particular que se quejaba por no lograr hacerse vomitar y una de las respuestas que recibió fueron las recomendaciones de otro usuario que le daba una lista sobre las condiciones que necesitaba para poder trasbocar con “éxito”. El comentario recibió varias respuestas y “agradecimientos”.

 

En el caso de Tumblr, la revista científica International Journal for Teaching and Education publicó en  2018 un estudio en el que se concluyó que después de ver imágenes de Tumblr, relacionadas con enfermedades mentales y trastornos alimenticios, muchos usuarios -en su mayoría mujeres- entendían los desórdenes mentales como algo cercano e incluso deseable. 

 

Además, la madurez emocional y mental juega un rol muy importante en la manera en que se asume el contenido. María Camila dice que muchas veces son las personas más jóvenes las que tienden a romantizar la depresión o el suicidio, porque no han alcanzado la madurez emocional que les permita entender la profundidad de estos temas y los grandes impactos que los contenidos pueden generar en la audiencia. La experta dice 

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La cercanía emocional juega un rol primordial en estos contenidos y la manera en cómo impactan y esto es especialmente cierto al hablar de suicidio, de hecho, existe el “efecto Copycat”, que ocurre cuando las personas suceptibles copian actos de autolesión al enterarse de que hubo alguien más que lo hizo, en especial si ese alguien era una persona famosa. Si es un caso lejano a nuestro círculo social no suele tener tanto peso emocional, pero la historia cambia si la “víctima” fue una persona cercana a nosotros, entonces ¿por qué no se podría hablar de los mismos con el vínculo emocional que el lector genera con el protagonista de la historia durante la lectura? 

 

En todo este asunto también hay cierta responsabilidad estatal, porque si bien las redes sociales avanzan mucho más rápido que la rama legal, los gobiernos tampoco se interesan en el tema. “No se audita las redes sociales, ningún gobierno conoce cómo está establecido el algoritmo que está detrás, ni qué etiquetas o metadatos clasifican los contenidos que hacen que los jóvenes consuman determinado tipo de productos en las diferentes plataformas”, destaca Catalina Restrepo.

 

Ambas expertas coinciden en que el problema no es el contenido per se, sino el cómo se asume y que por ello hay una solución, Catalina lo llama “alfabetización digital crítica”. Se trata de educar a audiencias, en especial a las jóvenes, para que entiendan el peligro de la romantización de estos temas, no se cierren los espacios de diálogo abierto sino que se brinden las herramientas para que cada persona pueda adquirir un rol crítico sobre el contenido que consume y cómo permite que le afecte.

 

El problema no es qué se habla, sino cómo se habla y el impacto que se genera.